Óscar Carballo nos enseña que la pintura nada tiene que ver con sesudas reseñas de críticos, sino que es el resultado sincero, colorista y creativo de un sentimiento vivo.
Lo mejor es que, cuando llegas a él, no es necesario alardear de grandes conocimientos ni envolverlo en falsos halos de adulación porque, para este artista, siempre ha sido más importante ser que aparentar.
Hasta el 06 de junio en Miss Noruega





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